“Los jóvenes de hoy en día adoran los lujos, tienen malos modales y desprecian a la autoridad»

Por Jesús Hurtado

“Los jóvenes de hoy en día adoran los lujos, tienen malos modales y desprecian a la autoridad. Son irrespetuosos hacia los mayores y se pasan el día hablando, en cualquier situación, de sus cosas. Son tiranos y no ayudan en casa. Siempre llevan la contraria a los padres, hablan delante de la gente, comen golosinas a todas horas y les faltan al respeto a los maestros”.

Probablemente más de uno se recuerde comentando estas líneas y seguro que hay quienes se echarán las manos a la cabeza pensando en el futuro que nos espera… Si no fuera porque este comentario data del año 330 A.C. y era Aristóteles quien en aquel entonces describía así a la juventud. Conclusión: Los jóvenes tienen unos rasgos que definen la etapa vital y biológica por la que pasan y conocer estas características nos permite comprenderles y poder ayudarles en su camino. Con poco esfuerzo nos recordaremos a nosotros mismos en esas actitudes que el filósofo describía hace ya más de dos mil años. Pero, ¿Cómo encaja la juventud en la sociedad actual?

¡Consiga un vientre plano en 15 días!, ¡Venga y llévese su coche nuevo hoy mismo sin apenas cargos ni intereses!, ¡Aprenda inglés de forma fácil, barata y en solo 3 meses!  – La lista de eslóganes podría seguir sin un fín. Les presentamos, queridos lectores, a la sociedad de la inmediatez. En este mar de estímulos e intentos de facilitar al máximo el día a día navegamos todos, nuestros jóvenes también. Hoy en día es posible tenerlo casi todo y en el momento, al menos así se vende, de modo que todos aquellos proyectos que necesitan cocinarse a fuego lento suelen ser relevados a un segundo plano. Sin darnos cuenta nos metemos en la rueda, el ritmo de vida da vértigo, ya casi no tenemos tiempo para nosotros mismos y una mayoría de las cosas tienen que ser ¡YA! o no ser. Luego nos extraña que a nuestros pequeños y jóvenes cueste decirles un no y lo quieran todo ahora y sin esfuerzos. Logicamente, esto son planteamientos generales y por eso, de forma general queremos aportar algunas ideas para garantizar que niños y adolescentes tengan más posibilidades de construir un sólido abanico de capacidades para enfrentarse al futuro.

Ejercicio de tolerar la frustración

Es una premisa que funciona desde pequeños. Todo tiene unos plazos y para todo aquello que se quiere conseguir (que valga medianamente la pena), hace falta una inversión de tiempo y esfuerzo. Si conseguimos que comprendan esto desde pequeños y lo experimenten, ya tenemos terreno adelantado. No se trata de que todo se convierta en una olimpiada. El sentido común marcará los límites.

Perseguir objetivos a medio y largo plazo

Poner en el camino ilusiones y metas que requieren una organización y recorrer una serie de pasos hasta conseguirlas son un excelente entrenamiento en la espera, el autocontrol la planificación personal y la persistencia. Ejemplos como ahorrar para comprar una bicicleta, planificar un viaje, dotar de más importancia al proceso de estudio que a los resultados obtenidos o simplemente ayudar en casa antes del momento de juego, nos pueden dar una idea del poder de mirar más allá en aquellas cosas que se quieren conseguir.

La técnica de los 20 minutos

En los estudios, cada vez más se usan técnicas como la de los 20 minutos. Se trata de generar un hábito de sentarse a trabajar, estudiar, repasar o leer, al menos durante 20 minutos. Esto es porque lo importante, más que el trabajo que se hace, es que los jóvenes adquieran el hábito de sentarse a trabajar a diario, como el que se cepilla los dientes, hayan deberes, o exámenes o no los hayan. Por supuesto, si los niños son más pequeños, la técnica podría llamarse “de los 5 minutos”, el caso es que a ellos les parece un tiempo muy fácilmente abordable y, casi sin darse cuenta, los que lo logran, terminan automatizando el hecho de sentarse a trabajar a diario, y con ello el hábito de trabajo continuado, base de todo buen resultado. Cuando los jóvenes tienen más trabajo que el que se puede abordar en 20 minutos, por supuesto, lo llevan a cabo. Al final los 20 minutos van desapareciendo y solamente queda el trabajo de hormiguita.

La gota y la roca

El goteo continuado es capaz de perforar rocas, pero para ello hemos de asegurar un goteo, que al principio es casi imperceptible, pero con el tiempo acaba convirtiéndose en un torrente imparable capaz de llegar a cualquier lugar.