
Pautas para mejorar la comunicación con nuestros hijos en tiempos de prisas.
Por Jesús Hurtado
Todos los sabemos el ritmo vertiginoso que toma nuestra sociedad. Encuestas recientes afirman que algunos de los trabajos más demandados de la actualidad ya no serán necesarios en unos años. Muchos de los trabajos para los que hoy se preparan nuestros hijos todavía no han sido inventados. Al invento de la radio le costó 36 años conseguir una audiencia de 50 millones de personas, Facebook consiguió esto en 2 años. Otro dato curioso es que en el tiempo que te lleva leer este artículo, en la India han nacido casi 400 bebés. Da vértigo, ¿verdad?
En esta frenética sociedad uno de los problemas que en ocasiones se nos plantean es el de poder atender las demandas de comunicación de nuestros hijos de forma adecuada. Conseguir que se sientan atendidos y que la conversación fluya entre nosotros. Por ello, os dejamos unas pautas sencillas que pueden ayudaros a mejorar este ámbito.
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Importancia de la calidad vs la cantidad. El tiempo que disponemos en cada familia es variante y sujeto a múltiples situaciones. Lo prioritario es que en los momentos que dediquemos a hablar con nuestros hijos nos mostremos atentos y entregados a la conversación. Usemos nuestro cuerpo para mostrar el interés y atención que merecen las cosas que más les importan. La escucha activa, un tono de voz afectuoso y una comunicación no verbal orientada hacia ellos son elementos que les hacen ver lo que nos importan sus asuntos.
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Usar preguntas abiertas con ellos. Son preguntas que no se responden con un sí o un no. A veces caemos en la cuenta de que todo lo que preguntamos se contesta respondiendo en una palabra y nos da la sensación de que la conversación no progresa. Podemos usar preguntas del tipo:
- Cómo crees que…?
- Cuéntame cómo…
- Qué podemos hacer para…?
- Qué has hecho en…?
- Qué ha podido pasar para que…?
- Qué hubiera pasado si…?
- Que piensas de…?
- Cómo hacemos para…?
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No minimizar ni exagerar las cosas que les importan. El equilibrio que les mostremos les dará una idea de la proporción razonable de las cosas. Aquello que les importa es muy relevante para ellos y es más productivo acompañarles en los razonamientos para gestionar sus preocupaciones que intentar quitar importancia de un plumazo a sus asuntos. Exagerar, por otro lado, las situaciones puede distorsionar su visión de la realidad.
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Cuidado con el sarcasmo. Según las edades no siempre se comprende y puede entorpecer la comunicación en casa.
Se trata, en definitiva, de mostrar en todo momento que estamos ahí y que, respetando todas nuestras obligaciones, cuando llega el momento de hablar con nuestros hijos ponemos los 5 sentidos en la tarea. Dedicando la atención que requiere, como un goteo diario, podremos observar como la comunicación fluye entre nosotros y nuestra relación con los hijos evoluciona rica y satisfactoriamente.
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